domingo, 30 de junio de 2013

¿A quién decirle que se siente débil?


1.2


Zorra, la llamó zorra… jamás se imaginó diciendo en voz alta semejante cosa a la única mujer que se sentía capaz de amar… y es que nunca imaginó lo lejos era capaz de llegar ella para lastimarlo. Y el otro imbécil, su mejor amigo, ese que conocía sus miedos, que sabía que la amaba, justo ese se la llevó a la cama. A ella podía perdonarla (a ella le perdonaría todo), pero a él… a él ni siquiera pudo partirle la cara como hubiera querido…

Fue a buscarla para decirle que la otra era calentura mal enfocada, que era para sentir que alguien lo necesitaba pero ella estaba sonriendo con esa expresión que tanto odiaba, como burlándose. Aun la escuchaba con claridad cuando le aventó en la cara aquello de “Interesantes las habilidades ocultas que tiene tu amigo, lo bien que sabe usar las manos…  y la boca; deberías pedirle un par de consejos”, y esa mueca tan cruel que hacía al verlo.

No escuchó más, salió disparado a buscarlo. La escuchó decir que ni se le ocurriera tocarlo, fue cuando le grito zorra, fue entonces que comenzaron a gritarse mientras toda la universidad los veía. A ella no le importaba gritar que su mejor amigo era más hombre que él, que la tenía más grande, que no le importaba que la oyeran; pero a el si le impostaba y a pesar de eso le dijo ella tenía experiencia pues se acostaba por deporte con cualquiera… ella solo se reía… recordaba su boca dibujando esa mueca que lastimaba más que sus palabras.

No paraba de preguntarse que ocurría; la amo desde niño, le había dolido hasta el alma cuando se la llevaron lejos con su padre, fue en ese entonces cuando se aferró a su amigo, ese con el que eran uno solo, del que no podía ser más diferente. En esos años se había peleado hasta llegar a los golpes sin que significara nada entre ellos, porque siempre habían compartido todo, confiaba en él como en nadie, hasta que regreso ella, tan libre, tan alocada y con ella aprendió a amar, a hacer el amor, a coger, a soñar… tan diferente a su amigo que era tan reservado, tan tímido... tan hipócrita.

La relación con ella nunca fue fácil, él quería que cambiara y ella que él fuera otro, ese otro que no olvidaba, ese que por marica se había suicidado… y justo a ese se parecía el que hasta ese día consideraba su único amigo. Ella se bebía la vida en brazos ajenos y sonreía con cinismo, con dulzura, con tristeza y discutían por todo y todo era un desastre… pero para él era peor no tenerla…

En medio del caos de la relación que tenían apareció la otra, toda insinuación y sonrisas, no paraba de decirle que le resultaba atractivo y parecía necesitarlo, le daba la razón y toda esa sarta de pendejadas que a los hombres les encanta de la dama en peligro que se muere por una revolcada; pero eso no era nada más que calentura. Cuando ella se enteró, le juró que solo se llevó a la cama a la otra cuando habían terminado, pero no era verdad, también lo había hecho cuando estaban juntos, porque rompían y regresaban con demasiada frecuencia y la otra lo siguió buscando y también la buscaba él. ¿Por qué la engañaba? ¿era solo sexo? 

Parecía desafiarla y sabía que ella se acostaba con otros cuando terminaban, cada vez que terminaban, pero nunca cuando estaban juntos. Por eso la retó, por eso creyó que no lo haría; estaban discutiendo - siempre estaban discutiendo-; le dijo cualquiera y ella lo buscó a su mejor amigo. Habían terminado por todo, porque no eran tan fuertes, porque ella no lo quería, no como él necesitaba que lo quisiera.

¿A quien decirle que se sentía débil?… ahora no tenía a ninguno. Nunca le dijo que la amaba (pero ella lo sabia, no podía dudarlo),  ahora ella ya no era suya. Fue en ese momento que se dio cuenta que corrían lágrimas por su cara.





151206; 12:16 am
(30062013; 08:39pm)

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